Estuvimos pocos pero fue muy divertido. Sobre todo al salir con nuestras creaciones en las manos. Toda la plaza de San Mateo, San Pablo y la Veletas estaba petadas de coches, niños/as de primera comunión, mujeres medio matándose con tacones imposibles (sobre todo para la parte antigua de Cáceres) y entre todo esa marabunta de gente los chicos del concurso de pintura al aire libre. Un cuadro.
Tal fue mi sorpresa que no me salió ni hacer una foto. El pobre Javier Bañeza, ese si que fue un santo.
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